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Con la idea de que Bogotá tuviera un centro comercial al estilo parisino, el filántropo Luís G. Rivas mandó a construir el pasaje Rivas en 1893. De esa forma se convirtió en el primer centro comercial de Bogotá.

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Este edificio fue construido frente a la plaza central de la Candelaria, pero olores nauseabundos, chicherías, animales y el canal San francisco no permitieron que el Pasaje Rivas tuviera el lugar social que su dueño esperaba. La gente pudiente no se acercó al lugar, como era esperado, para comprar y comercializar sastres, vestidos y paños elegantes de la época.

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Después de su fracaso en las élites bogotanas, el edificio quedó como bodega de las plazas de mercado, por ello existe tanta relación de lo que se vendía en esa época a lo que se vende hoy en día, porque todas las plazas de mercado cuentan con un espacio para las artesanías, alfarería, sistería.

2016, Pasaje Rivas, Inv_Aplicada, Laura Prieto

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